Análisis Microsoft Surface Pro 7, de lo más recomendable del panorama portable

Son muchas las personas que necesitan un dispositivo que les permita la máxima movilidad posible, ya sea por su trabajo, estudios, etc. Sin embargo, son pocos los que piensan en el formato que proporciona un dispositivo como la Microsoft Surface Pro 7.

También es cierto que los precios de estos dispositivos no atienden al público de masas, pero tampoco es lo que pretenden. Sobre todo por la calidad de construcción y lo que supone tener un dispositivo de la misma marca que desarrolla el software.

Pero sobre todo, porque cuando pensamos en una Surface Pro siempre tenemos la tendencia a creer que es una tablet y no un ordenador. Y no, la Microsoft Surface Pro 7 es un ordenador completo con todo lo que esto acarrea y significa.

Ficha técnica de la Microsoft Surface Pro 7

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Un diseño de bastante alta calidad

Si de algo se han caracterizado desde siempre los diseños de los productos de Microsoft, ha sido por su alta calidad y por el cuidado que muestran con ellos. Encontramos una gran construcción y materiales de calidad.

Esto no iba a ser menos en esta Microsoft Surface Pro 7, un dispositivo fabricado en una aleación de aluminio por todos sus costados. Y, pese a esto, han conseguido que su peso no se vea sumamente afectado.

Tiene un peso de poco más de tres cuartos de kilo para un portátil al que hay que sumarle un teclado, o podemos usarlo mediante el panel táctil. Por ende, tenemos lo mejor de los dos mundos en uno solo.

De hecho, Microsoft ha estado tan pendiente en los detalles de las Surface Pro, que también cuenta con una bisagra del mismo material y color para poder utilizar el dispositivo con la inclinación que se desee.

Esta bisagra nos da distintas posibilidades, tanto para poder mantenerla en posición de stand para presentaciones, visualizar contenido multimedia o navegar, como para llevarla hasta un plano más de escritura manual para usar el Surface Pen.

Todo esto es lo que le hace diferenciarse del resto de tablets que intentan ser el sustituto de un ordenador portátil, pero que les cuesta conseguirlo. Además de lograr un diseño limpio sin mezcla de colores extraños, ni degradados para hacer notar ciertas conexiones.

Por último, encontramos dos sensores fotográficos. La parte trasera es de 8MP, y nos puede salvar en alguna ocasión que necesitemos realizar una fotografía. Mientras, la cámara frontal está más pensada para poder realizar videoconferencias así como utilizar cómodamente la seguridad Windows Hello, la cual además funciona realmente bien.

Conectividad justa, pero perfecta para el uso diario

En esta ocasión, y frente a lo que podemos ver en otros ordenadores o tablets, o convertibles como es la Microsoft Surface Pro 7, nos encontramos un par de conexiones que son completamente propietarias y otras dos más estandarizadas.

Por un lado, en su lateral derecho, tenemos la conexión propietaria Surface Connect para la carga. La cual deberían incluir todos los fabricantes, ya que es imantada y reversible. Así, cuando nos tropezamos con los cables, no nos llevamos el dispositivo con ellos. Aunque sería mejor el estándar USB-C imantado, mucho más pequeño y compatible con el resto de dispositivos.

En ese mismo lateral, también nos encontramos el puerto USB al uso y el USB tipo C. Dos conexiones que en el día a día podemos usar con bastante comodidad, y pudiendo usar cualquiera de ellos como extensor para conectar un HUB con más conexiones.

Es cierto que extrañamos la existencia de un conector HDMI, o al menos micro HDMI, para así poder conectarlo a una pantalla más grande. Teniendo en cuenta que este dispositivo está preparado para trabajar en movilidad y que a Microsoft le encanta el PowerPoint.

Para la parte inferior del dispositivo, contamos con unos pines y un par de agujeros para poder conectar los teclados propietarios de la marca, que funcionan a través de esos pines y que se enganchan mucho mejor gracias a los imanes que se introducen dentro del propio dispositivo.

Y, por último, escondido tras la bisagra, podemos ver cómo Microsoft ha decidido incluir un lector de tarjetas Micro SDXC para así trabajar con los editores necesarios.

Si se hubiese incluido un ventiladorcillo, no hubiera estado de más

La unidad Microsoft Surface Pro 7 que estamos probando cuenta con un Intel Core i5 de 10ª generación, 16 GB de memoria RAM, 256 GB de almacenamiento interno y una gráfica Intel Iris Plus Graphics 940 para dar el do de pecho con este ordenador.

Como vemos, son unas características perfectas para sacar el mayor jugo posible a cualquier ordenador. De hecho, si nos vamos al competidor principal, los MacBook Pro con unas características similares cuestan más del doble y tienen menos características adicionales.

Sin embargo, éstos sí que cuentan con ventiladores para poder refrigerar los ordenadores, la Microsoft Surface Pro 7 no cuenta con ventiladores a excepción de un modelo. En caso de montar el Intel Core i7, que sí tendríamos uno.

Pareciera innecesario, sobre todo porque la Microsoft Surface Pro 7 cuenta con una rendija que rodea todo el dispositivo para así crear una corriente de aire y poder ventilarse correctamente sin que afecte demasiado a los componentes de forma pasiva.

Pero es cierto que cuando comenzamos a hacer uso de esa Intel Iris Plus y de esos 16 GB de RAM con todas las necesidades junto al procesador, el ordenador se calienta.

Y si lo ponemos a cargar, la batería nos la encontramos en la parte trasera superior, notamos como esa zona arde al tocarla, sobre todo por el material con el que está construido el dispositivo. Esto también ayuda en gran parte a disipar ese exceso de calor generado por los componentes.

El calor generado no es un problema para el rendimiento

Hemos podido trabajar con programas que requieren de un rendimiento más bruto. Sobre todo con la suite de Adobe y algunos programas más de diseño gráfico. Y es justo, con el diseño gráfico es donde mejor se mueve la Microsoft Surface Pro 7.

Esto es gracias a contar con un panel táctil, la bisagra que nos permite poder escribir y dibujar mejor con el dispositivo al poder ponerlo tumbado sobre la mesa, y la existencia del Surface Pen para una mayor precisión de los movimientos.

Quienes realicen estudios gráficos y necesiten llevarse su dispositivo de un lado para otro, esta Microsoft Surface Pro 7 es una maravilla.

El procesador, el famoso Intel Core i5-1035G4 que tanto se está utilizando en la actualidad, funciona a una velocidad de reloj de 1,10 Ghz, una velocidad que puede resultar bastante baja si lo comparamos con otros de la misma familia. Se trata de un procesador de bajo consumo ya que solo tiene un TDP de 15W, debemos tener en cuenta que estamos ante un dispositivo con batería limitada.

Pero cuando la CPU lo necesita y empezamos a cargarla de trabajo, este procesador es capaz de llegar a los 3,70 GHz en su frecuencia turbo. Pero la frecuencia no siempre es importante, depende mucho del programa y el tipo de trabajo que estemos realizando. El procesador cuenta con cuatro núcleos físicos y ocho hilos.

Mientras que hemos trabajado de manera ardua con el dispositivo, la Microsoft Surface Pro 7 ha respondido perfectamente bien.

Eso sí, debemos tener en cuenta que en momentos puntuales, mientras trabajábamos con programas muy exigentes y estábamos cargando el dispositivo y éste se calentaba, sí notábamos un pequeño bajón de potencia para proteger los componentes del dispositivo.

Pese a esto, en circunstancias normales, como cualquier otro dispositivo que esté pensado para trabajar de forma profesional, la Microsoft Surface Pro 7 funciona a las mil maravillas, no se queja ni se despeina fácilmente.

La gran portabilidad es su baza perfecta

Pocos son los ordenadores capaces de tener un rendimiento profesional y que se pueda conjugar con la portabilidad más absoluta. Este sí que lo tiene gracias al tener un formato tablet, al cual podemos incorporar un teclado propio de la marca, o de forma externa gracias a los USB de los laterales..

El teclado propietario es el Surface Pro Signature Type Cover, y al anclarlo al dispositivo obtenemos un peso irrisorio de 1 kg y 80 gramos. Algo que al meterlo en una maleta, mochila o llevarla en la mano, ni se nota. Esto es de agradecer cuando estás todo el día fuera de casa.

Este peso y su forma hace que nuestra espalda y cervicales sufran lo menos posible, ya que la mochila donde lo transportemos sume un peso insignificante. Y eso a la larga se agradece para evitar futuros problemas de salud.

No solo eso, sino que para trasladarla de una habitación a otra, agarrándolo con la mano, es bastante cómoda aunque la imantación del teclado da un poquito de respeto. Pero solo se caerá el teclado, o el panel, según cojas el dispositivo, si realizas movimientos bruscos.

La pantalla de la Microsoft Surface Pro 7 no es solo una pantalla

Cuando hablamos de un dispositivo convertible, no solo estamos delante de un ordenador con un panel táctil. Sino que nos tiene dar más juego a nuestro trabajo para que tenga el sentido que necesita.

En este caso, Microsoft ha incluido distintas aplicaciones en su software nativo para poder utilizar con el Surface Pen. Por ejemplo, disponemos de una pizarra en blanco para realizar presentaciones o explicaciones.

No solo eso, sino que todo el paquete Microsoft Office también está integrado con la utilización del Surface Pen, pudiendo escribir con el dispositivo y que este se pase a texto digital, se puede borrar con un gesto, etc.

Esto hace que el panel táctil de esta Microsoft Surface Pro 7 se convierta casi en una tableta gráfica que se digitaliza al momento en el propio dispositivo, ya que el lápiz óptico que utiliza es tan perfecto como un S Pen de Samsung o el Pencil de Apple.

El panel tiene una muy buena resolución para poder trabajar

Podríamos hablar que el panel casi 3K, o 2,7K que sería más verídico. Teniendo en cuenta que los fabricantes cada vez usan resoluciones distintas, sería un poco extraño hablar en estos términos.

El panel tiene una resolución de 2.736 x 1.824 píxeles. Eso sí, lo más importante es la relación de aspecto de 3:2 que tiene la Microsoft Surface Pro 7.

Esta relación de aspecto hace que tengamos un panel más cuadrado de lo que podemos estar acostumbrados/as. Esto es adecuado para poder trabajar en entornos ofimáticos, justo en lo que más se profesionalizan los productos Surface, pese a que son capaces de muchísimo más, como ya hemos ido viendo a lo largo de este análisis.

Esto no quiere decir que no sirva para trabajar en entornos más multimedia, porque es sumamente capaz. Aunque aquí la tecnología PixelSense tiene mucho que decir.

La tecnología PixelSense mejora la experiencia táctil, pero no tanto la del visionado

Debemos tener claro que la Microsoft Surface Pro 7 está pensada para crear contenido, no para consumirlo, aunque esto siempre debería ir de la mano, pero no tiene porque.

Desde los comienzos, la gente de Redmond han utilizado una tecnología de pantalla propietaria. En la actualidad, se conoce como PixelSense, y esto hace que mejore a la hora de usarla con nuestros dedos.

Esta tecnología incluye unos sensores infrarrojos debajo del panel para así poder reconocer lo que se está haciendo sobre ella, sobre todo para mejorar la experiencia de usuario al utilizar el Surface Pen y disminuir al máximo la latencia.

No sabemos si concretamente es por esta tecnología o no, pero es cierto que hemos visto paneles con resoluciones parecidas con un mejor resultado. Sin embargo, podemos calibrar el panel para obtener una mejor relación con los colores que se representan.

En mi opinión, creo que le falta algo más de brillo y que los colores san más vivos. Pero claro, porque me gustan más los paneles OLED, y cuando cambio, lo noto bastante.

La autonomía está hecha para una jornada laboral ideal

Es cierto que con un dispositivo de este tipo, nos hubiese gustado que hubiera sacado algo más de pecho en lo que a autonomía se refiere.

La Microsoft Surface Pro 7 no tiene una mala autonomía, esto hay que destacarlo. De hecho, se encuentra bastante dentro de la media de lo que nos puede aguantar cualquier portátil.

Sobre todo, a la hora de utilizar el dispositivo con aplicaciones y trabajos más duros. Es por ello que la autonomía podrá rondar entre las 5 horas y las 8 horas. Todo dependerá del tipo de trabajo que realicemos.

Por ejemplo, en una tarde de clases, habiendo usado el dispositivo en casa antes de irme y salir con un 85% de batería, la Microsoft Surface Pro 7 me aguantó las 6 horas de clase.

Eso sí, la última hora me hizo sufrir, teniéndola que poner en modo ahorro de batería y el uso que le estaba dando era bastante ofimático y de consumo multimedia para la realización de trabajos.

El teclado tiene una de las mejores experiencias

Cuando hablamos del formato portátil, rápidamente a la cabeza lo asociamos a una pantalla y un teclado en el mismo cuerpo. En este caso, no es así. Tenemos un teclado a parte como disponemos un otras tablets del mercado.

Pocos son los teclados compatibles que se acoplan a un dispositivo y tienen toda la experiencia que tiene la Surface Pro Signature Type Cover de Microsoft. Y eso es algo de agradecer, aunque no sea el mismo feedback que nos ofrece un teclado propio de un ordenador portátil.

Al contar con toda la tecnología de Microsoft, es tan fácil como conectarlo a través de los pines a la Microsoft Surface Pro 7 y no tener nada más que hacer.

Es la Surface Pro la que se encarga de alimentar el teclado para así poder retroiluminarse en tres niveles distintos. Gracias a esta funcionalidad, podremos trabajar en condiciones de baja luminosidad.

Además, la opción Signature de la Type Cover de Microsoft tiene un tejido suave y de muy alta calidad, usado por los vehículos de alta gama.

Este tejido hace que el apoyo de las muñecas sea mucho más ergonómico y menos duro, a la vez que en invierno nos congelemos por tenerlas sobre una superficie metálica como sucede en el resto de ordenadores portátiles.

El recorrido de las teclas es muy bueno y las mismas son lo suficientemente grandes, teniendo en cuenta el tamaño del propio dispositivo, como para escribir a la perfección.

El feedback que nos da el teclado es bastante bueno, por lo que sabremos en todo momento si la tecla ha sido pulsada o no. Al igual que la retroiluminación nos ayuda cuando trabajamos en horarios vespertinos, pese a que ésta podría ser algo superior porque se queda algo pobre.

Lo mismo nos sucede con el trackpad, el cual tiene un recubrimiento de vidrio para darnos una mejor sensación al utilizarlo.

También extrañamos que el trackpad fuese más grande, para así poder aprovechar los gestos del mismo. Es cierto que es capaz de reconocerlo, pero para quienes tenemos las manos gruesas o grandes, se nos complica un poco la tarea.

La Microsoft Surface Pro 7 sería lo que haría no comprarme una tablet

Gracias al concepto del propio dispositivo, tenemos lo que buscamos las personas que nos gusta trabajar en movilidad, o que nos vemos obligados a trabajar de esta manera.

De hecho, al tener que utilizar diferentes herramientas de escritorio, es el dispositivo más recomendable frente a las tablets convencionales.

Incluso, esto sucedería frente a la Microsoft Pro X, que al contar con arquitectura móvil al usar un procesador de Qualcomm, no podríamos sacarle todo el provecho que quisiéramos.

Es cierto que no es un dispositivo asequible, aunque nos encontramos con distintas ofertas a lo largo del tiempo. Pero es cierto que por todo lo que nos ofrece, no tiene demasiada competencia.

Hay que tener en cuenta, que este tipo de dispositivos también hace que quienes lo tengan, marquen el estatus socioeconómico que tienen. Tal y como pasa con los dispositivos de Apple.

Pero eso sí, a un precio mucho menor aunque prohibitivo para muchas personas. Aún así, si estabas pensando en comprarte la Microsoft Surface Pro 7, cómpratela.

Si necesitas utilizar aplicaciones profesionales, si necesitas un dispositivo con un alto rendimiento y que puedas llevártelo por todos lados, este es el tuyo.