El servicio de vídeo en streaming Netflix ha anunciado que se compromete a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera para disminuir su huella de carbono. Es un paso hacia delante para una de las empresas que mayor crecimiento a teniendo en los últimos años en dicho sector.
Como parte de la planificación, la intención de la empresa es reducir las emisiones. Sin embargo, compensará lo que no pueda eliminar. La compañía dará sus frutos invirtiendo en programas dedicados a plantar árboles y preservar la naturaleza.
Netflix quiere reducir sus emisiones de gases en un 45% en 2022
Netflix ha presentado un plan para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, y su primera medida incluye recortar el uso de electricidad de fuentes no renovables, además de reducir la emisión de gases de sus operaciones, ambos en un 45% para 2022.
La planificación a largo plazo requiere el uso de equipos locales para grabaciones, ya que gran parte de la contaminación de la compañía proviene de sus producciones originales. La empresa graba en todo el mundo sin contar con colaboradores locales. Esto significa más gasto en transporte y, en consecuencia, más contaminación.
Además, la intención es hacer las operaciones más eficientes para reducir el uso de energía. Como parte de este proceso, la empresa está reemplazando sus lámparas incandescentes en los estudios por LED. Un pequeño paso hacia el ahorro energético. Sin embargo, el objetivo es ampliar el alcance a otras áreas e involucrar a terceros proveedores en el proceso para hacer que todo el ecosistema de producción sea más eficiente y sostenible.
La empresa ha analizado la procedencia de su huella de carbono, conoce tanto su procedencia como su alta emisión de gases a la atmosfera. El análisis de estos impactos se realiza anualmente. Sin embargo, este es el primer año que Netflix publica públicamente los resultados.
La huella de dióxido de carbono de Netflix en 2020 es igual a la cantidad generada por 240.000 automóviles
En el documento, Netflix dice que ha generado alrededor de 1,1 millones de toneladas de dióxido de carbono en 2020. Esto es el equivalente a las emisiones anuales de unos 240.000 coches. Esta cantidad no incluye las emisiones de la infraestructura de Internet necesarias para las transmisiones, por lo que el resultado final es mucho mayor.
Vale la pena señalar que en 2020, Netflix registró un 14% menos de contaminación que la reportada en 2019. Sin embargo, la pandemia explica fácilmente este cambio. Según la compañía, el coronavirus se encargó de posponer la grabación de varios programas y películas. Por tanto, esto también reduce los impactos que está provocando la empresa.
En comparación, en 2019, el uso de energía de Netflix creció 84% en 2019. La base de suscriptores de la compañía también aumentó en un 20% en el mismo período. Estos incrementos, según la empresa, están directamente relacionados con el crecimiento en volumen relacionado con la producción propia de películas y series.
Es hora de que la empresa se ponga manos a la obra para reducir su huella de carbono, ayudando así al planeta y su naturaleza. Esperamos que con las nuevas medidas de Netflix otras grandes empresas tomen ejemplo y ayuden a renovar el aire que respiramos, así como la recuperación de la naturaleza.
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